Los avances lentos

A veces queremos que el cambio sea rápido. Nos come la prisa. Y en ocasiones se cambia deprisa.

Pero… y después de eso. ¿Realmente hemos interiorizado el cambio? Tal vez la prisa nos invita a cambiar YA, pero si la transformación no es desde el interior, desde el convencimiento, puede ser algo efímero.

¿Y qué viene después? La sensación de no avanzar, de no cambiar, de frustración, de inutilidad del intento… En ocasiones se cede a la desolación: no puedo cambiar, no puedo progresar, tenían razón lo que creían que no soy capaz…

Los programas de intervención no son soluciones rápidas en ocasiones. Ni tienen por qué serlo. ¿Hay una urgencia? Se analiza y se interviene. Pero la esencia debe ser la implantación de ese cambio desde lo más profundo. Al fin y al cabo, lo más profundo de nosotros es lo que somos, lo que venimos siendo desde que nacimos, con nuestra evolución particular.

Y eso no se cambia en dos días.

2 respuestas a “Los avances lentos

Deja un comentario